Una eterna polémica abordaremos hoy en El Blog de SirThomas.
Desde hace siglos, dentro del mundo gastronómico, surgió, y hoy está más vigente que nunca, el debate acerca de la acérrima rivalidad entre dos grupos bien diferenciados.
Están aquellos que apoyan a uno, y los que apoyan al otro. Se acusan mutuamente de herejes. Cada cual defiende a capa y espada su verdad y no da el brazo a torcer.
Muchos de nuestros lectores tendrán seguramente su posición tomada respecto de este histórico enfrentamiento, resta saber de qué lado están.
Para ir al grano, diremos que esta polémica gira en torno del Pionono y su rival de siempre, el Arrollado.
Y decimos polémica porque hay quienes tajantemente dicen cosas como por ejemplo la siguiente: “Yo lo que compro en el supermercado es el pionono, después lo preparo con dulce de leche, y para mí se convierte en un señor Pionono de dulce de leche, está clarísimo eso”.
Sin embargo, otra corriente de cocineros y consumidores, vaya uno a saber influenciados por qué o quiénes o bajo los efectos de qué sustancia tóxica, afirman cosas como lo siguiente:
“Es correcta la afirmación de aquellos que sostienen que lo que uno compra en el supermercado es el pionono, porque así se llama la masa, eso nos han enseñado nuestros padres, y no lo vamos a negar, no es nuestra intención. Pero al momento de culminar la preparación del plato, sea éste dulce o salado, de izquierda o de derecha, deja de ser pionono para transformarse en un señor (porque también es señor) Arrollado. Así lo vemos nosotros”.
En nuestra investigación hemos encontrado a un tercer grupo, incluso, que no tiene bien definido de qué bando está, o con cual ideología identificarse. Un ejemplo de esto es la siguiente declaración:
“Si bien no utilizo tanto la palabra Arrollado, me remite más a lo salado y el pionono al pionono con dulce de leche, o sea, a lo dulce”.
Creo que ha quedado claro qué es lo que se debate aquí.
Desde El Blog de SirThomas apoyamos al Pionono no matter of what, porque, para empezar, es una palabra mucho más bonita que Arrollado, que puede ser utilizada con otros propósitos que no sean el gastronómico “un auto fue Arrollado por un tren”, por citar sólo un ejemplo de entre miles.
La palabra Pionono es preciosa, la masa se llama así, entonces me pregunto yo ¿por qué cambiarle el nombre?, ¿por qué tiene que perder su identidad para convertirse en un Arrollado?, señores, quién inventó que esto debe ser así? Eh? Por favor, eh.
Si cuando hacemos “Arroz a la persa”, el Arroz sigue manteniendo su identidad, por qué el Pionono, no? Sí se da la misma situación. Uno compra un producto, lo cocina y termina haciendo el plato con su nombre y apellido. En el ejemplo, Arroz a la Persa. Aplicando esto al Pionono, si lo preparamos con dulce de leche, lo llamaremos Pionono de Dulce de Leche, si es con atún, Pionono de Atún, y así con cualquier otra preparación.
Pionono, aparte es una palabra risueña, suena mejor y más lindo.
Arrollado, en cambio, nos refiere más a una tragedia, a un accidente, a la muerte, en definitiva.
Una manera de ilustrar las diferencias entre una y otra palabra y sus significados, es realizar una rápida búsqueda en Google, que a nosotros nos arrojó los siguientes resultados
Pionono link
ACÁ. Nos informa sobre el origen de la masa.
Arrollado link
ACÁ. Nos informa sobre un terrible accidente de tránsito.
Es curioso también el origen del Pionono, algo me habían comentado los colaboradores del blog pero aquí lo confirmamos, justamente información que extrajimos de uno de los links de aquí arribita:
“Nadie mejor que los que lo elaboran a diario para definirlo con más autoridad:
...es un bizcocho humedecido en jarabe, con crema y una coronilla tostada que pretende representar la silueta de la cabeza del Papa Pío IX (de ahí el nombre de pionono), figura muy destacada en la época, sobre todo a partir de la instauración por su parte del dogma de la Inmaculada Concepción”.
En cambio, de la palabra Arrollado no tenemos datos precisos sobre su origen, pero seguramente debe de haber estado relacionado con algún accidente que dejó víctimas fatales, un horror, sí.
Y pensemos un poco, pongámonos en la piel de los padres y madres Piononos, que deben comunicarle a sus hijos lo dura que es su vida en este planeta, lo corta y trágica que suele ser, porque resulta que a alguien se le ocurrió que deben ser Arrollados por esta sociedad capitalista, consumista, que te exprime y oprime hasta dejarte ya sin dada, hasta sin identidad propia.
Imaginemos por un instante, una charla posible entre el señor pionono y su hijo.
Pionono padre: Mirá, Ernesto (sí, porque también tienen nombres, qué se pensaban, desalmados), hay algo que con tu mamá debemos decirte.
Ernesto: Si, pá, decime, no me asustes.
PP: Bueno, deberías asustarte, hijo.
Ernesto: Ahora sí estoy asustado padre.
PP: Bueno, mirá hijo, la cuestión es simple, es dura, lo se, pero es la verdad. Llega un momento en nuestras vidas, y no hablo sólo por vos y tu mamá, sino también por el Tío Hugo, te acordás de él?, bueno hablo por todos los piononos, en que dejamos de ser lo que somos para convertirnos en algo diferente, distinto, para ya dejar de ser.
Ernesto: Ah, pá, vos me hablás, como cuando pasamos de ser niños a adultos, sí, me dijeron que es duro, pero por qué tanta seriedad en el asunto.
PP: No, no te estoy hablando de eso Ernesto. Te lo nombré al Tío, porque como te habrás dado cuenta ya no nos viene a visitar como antes, ya ni lo vemos.
Ernesto: Sí, es verdad. Y por qué ya no viene Pá?
PP: Bueno, a eso quería llegar hijo mío. Resulta que los piononos tenemos una vida muy corta, como te dije, dejamos de ser lo que somos y pasamos a ser otra cosa.
Ernesto: Sí, eso lo entendí, no necesito que me repitas papi. Somos pero ya no seremos y dejaremos de ser, o seremos otra cosa pero ya no lo que éramos.
PP: Correcto, hijo, veo que heredaste la inteligencia de tu padre. Bueno, cuando te digo que dejamos de ser, es porque lisa y llanamente nos llega el momento, y debemos partir a una mejor vida.
Ernesto: Ah, y pero eso no es bueno papi?
PP: Bueno, no necesariamente, depende cómo lo mires, pero yo te diría que no. Porque cuando digo que nos llega el momento, es que … ay, ernestito.
Ernesto: Qué papá? Por qué esas lágrimas, papi, qué pasa cuando nos llega el momento?
PP: Nos morimos, ernestito, nos morimos.
Ernesto: Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!!!
Espero que esta historia, basada en hechos reales, los haya conmovido y los llame a la reflexión.
Desde El Blog de SirThomas los convocamos a que se sumen a nuestra campaña “Piononos de por vida” y comiencen a llamarlos por su nombre, desde el momento en que los compran hasta cuando terminan el plato.
Saludos.
SirThomas.